Retomando, que es gerundio

Bueeeeeeeeeeeeno. Hacía casi 2 años que no escribía nada por aquí. Dos años sin que supiérais de mi vida, más allá de contestar a algún correo privado de lectores con preocupaciones sobre este apasionante tema de la cirugía bariátrica, y sobre todo, de el día a día del postoperatorio hasta alcanzar el peso ideal.

Retomo el blog por un pequeño espacio de tiempo, ya que estoy sufriendo uno de los posibles efectos secundarios de haber perdido tanto peso: colelitiasis, o hablando en plata, «piedras en la vesícula». De hecho, estoy tumbado en una cama del Hospital Donostia, ingresado en la unidad de Cirugía Hepatobiliar, en dieta absoluta y con dos sueros enchufados a mis venas. Pero eso vendrá más adelante.

Simplemente quería comentaros cómo me ha ido la vida en este tiempo, desde aquel momento en el que, con 100 kilos menos, empecé a correr, correr y correr… pues tanto corrí que en 2011 terminé la media maratón «Behobia – San Sebastián». No fue un tiempo brillante, ni mucho menos, pero tengo esa muesca en mi revólver, y con mucho orgullo.

También terminé mis estudios. Seguro que los que me conocéis no os soprenderéis, pero los que no, mucho. Soy Licenciado en Medicina. Una licenciatura que mi estado (físico y mental) me estaba impidiendo acabar, pero que finalmente acabé. No sólo eso, sino que en este tiempo he sacado una plaza MIR para formarme como Cirujano Cardiovascular.

Además, he conocido a una persona muy especial. De esas que sólo se conoce una vez en la vida, ya me entendéis. Y tengo la suerte de estar conviviendo con ella ahora en Madrid. Sí, durante 5 años voy a abandonar mi querida y pequeña Donosti para formarme y volver. ¿A que suena bien?

Pero todo esto no es el tema principal. El tema principal es que debido a un adelgazamiento rápido he desarrollado las piedras en la vesícula, a pesar de que en la ecografía preoperatoria no se viesen. Y estoy ahora en el Hospital, pendiente de tratamiento. Ya os lo iré contando, que teniendo en cuenta que llevo algo más de 24 horas de ingreso aburrido, seguro que se me ocurren cosas que contar, y que espero que leáis a gusto.

Segundo cumpleaños

¡Dos años ya!

Pues sí. Fue un 25 de noviembre de 2009, como ya os conté por aquí. Cuatro de la tarde, en Barcelona. No llegó a 50 minutos de operación, de Sleeve gástrico por laparoscopia. 50 minutos que dos años después han cambiado mi vida.

Y es que no lo he contado por aquí por falta de tiempo, pero últimamente he llegado a correr dos carreras populares: la Tres Playas, en Donostia, y la mítica Behobia – San Sebastián. Si bien es cierto que esta última, de 20 km y con un puerto de por medio, Gantxurizketa, la «troté lento» por falta de fuerzas, disfruté mucho de ambas.

¿Qué ha pasado en estos dos años? Pues más o menos esto:

  • He perdido 100 kilos y no los he recuperado.
  • Compro mi ropa en tiendas normales, y he descubierto un vicio en los outlet.
  • Como menos cantidad, pero disfruto más de lo que como. Saboreo más la comida.
  • He vuelto a la playa, lugar que tenía «vetado» por vergüenza. Playa, mar y sol es una combinación perfecta.
  • He hecho footing, me he apuntado al gimnasio y he corrido dos carreras populares.
  • He retomado mis estudios, con más ánimos que nunca.
  • Tengo más autoestima, más confianza en mí mismo y me siento bien cada día.
  • He roto con ciertos lazos del pasado que no me convenían.
  • Y por último, lo más importante: he encontrado una chica maravillosa que me tiene enamorado.

Y con ella celebré el segundo aniversario, cenando fuera de casa y compartiendo un postre de nombre sugerente: «muerte por chocolate». La mejor guinda para un segundo cumpleaños.

No se si escribiré mucho más por aquí, pero ningún post puede ser un «adiós» sino más bien un «hasta luego» porque seguro que se me ocurre escribir algo nuevo. Gracias por leerme.

JR

El día en el que corrí por Urgull

Hace año y pico de mi “primer ascenso” a este mítico monte donostiarra, otrora terreno militar y testigo mudo de la historia de la Bella Easo. Centro neurálgico de la plaza fuerte arrasada un 31 de agosto de 1813 ante la pasividad del Estado Mayor de Wellintong y el General Álava, que poco o nada hicieron por sus habitantes. Sitio desconocido para muchos, que piensan que la ciudad acaba a sus pies, pasando de un lado al otro por el Paseo Nuevo pero sin atreverse a conocerlo.

El teniente Francis Maguire en la Bretxa.

El teniente Francis Maguire en la Bretxa, antes de arrasar San Sebastián en 1813.

Dejando al margen de momento al Monte Orgullo, tengo que decir que Donostia es una ciudad agradecida para correr o montar en bicicleta, sobre todo en torno a ese eje costero que va desde la Zurriola hasta el Peine de los Vientos, en torno al marco incomparable que ofrecen el Cantábrico y la Bahía de la Concha. Si se le añade el eje norte-sur del Urumea, desde su desembocadura en el Kursaal hasta Riberas de Loiola y el acceso al Parque de Cristina-Enea, la carrera es muy agradable.

Pero claro, ese marco tan bonito no atrae sólo a ciclistas y corredores. También atrae a miles de turistas o paseantes, y muchas veces el corredor tiene que hacer zig-zag entre ellos. ¿Cómo evitarlo? Pues con rutas alternativas u horarios muy tempranos o muy tardíos.

Era un día de julio, en torno a las siete de la tarde. El horario no permitía evitar los paseantes, salvo buscando el eje del río y cruzando Cristina Enea. Tras mi habitual visita al Palacio del Duque de Mandas y después a la cota más alta del parque, para acumular desnivel en las piernas, bajé y seguí hasta Sagués. Para evitar a la gente aproveché el carril bici, como hacen muchos corredores. Tuve que hacerlo también a la vuelta, en la que quería rodear el Paseo Nuevo.

Llegando a la zona del Aquarium, y justo antes de bajar al puerto, escuché un bullicio que no era nada habitual. FIESTAS DEL CARMEN. El puerto lleno de gente. Poco tiempo, nulas ganas de pararme y una decisión: o volver hacia atrás por el Paseo Nuevo o subir por el Paseo de los Curas, en la subida a Urgull, y bajar por la Parte Vieja. Hice esto último y no me pareció muy duro.

Ya he dicho que no me gusta correr dos días seguidos, pero aquel día hice una excepción. Repetí el recorrido, a la misma hora, pero me quité un “gusanillo” que se me quedó cuando llegué al final del Paseo de los Curas y vi la subida normal. ¿Cómo sería subir Urgull? Así que aquel día me planteé seguir subiendo: Batería de las Damas y hacia arriba, por la ladera norte, hasta el Cementerio de los Ingleses, bajando de vuelta al Paseo Nuevo. Una experiencia muy cansada, pero fenomenal. Al subir sufrí, pero al bajar me sentí libre, ligero, nuevo. Llegué de nuevo al Aquarium, al Paseo de los Curas y bajé del monte contentísimo, cansado por el esfuerzo pero feliz por el logro. Aquel día, como otros, me gané la ducha de después de correr, pero con más merecimiento.

PD Mis buenos amigos Iker y Xabi quieren probar también la subida a Urgull, pero hasta el castillo. Espero contentaros con buenas noticias sobre esto…

JR

Corre, Forrest, corre.

El mi último post comenté cómo he llegado por fin a perder los 100 kilos. Como ya sabréis, la cirugía a la que me sometí allá por noviembre de 2009 me permitía perder un 60 u 80 % del sobrepeso, que en mi caso eran entre 60 y 80 kilos.

¿Cómo he conseguido quitarme el resto? Pues a base de ejercicio. El verano de 2010 lo pasé a base de bicicleta. Tras un periodo sedentario en el que no engordé, en Navidades empecé una rutina de partido de fútbol los jueves que podía. Ahí vi que mi nivel físico era pésimo, por lo que poco antes de la Semana Santa decidí seguir el método de Iker y Xabi, dos buenos amigos. Hacer footing. 

Y como en todo deporte hay que empezar poco a poco. Primero con carreras suaves cerca de casa. Más adelante con algunas más largas, para acabar usando la aplicación Nike+ GPS, que mide mis carreras en distancia, tiempo y ritmo.

Correr es un deporte muy agradecido siempre que se pueda practicar. Es gratuito, se hace al aire libre y se puede hacer sólo o acompañado. Generalmente voy sólo ya que mi ritmo es inferior al de mis amigos. Además, ellos prefieren hacer distancias más largas, así que a veces me uno a ellos en parte  de su recorrido.

Lo bueno de medir las carreras es que voy notando la mejora, que mi ritmo es mejor conforme pasa el tiempo, y si he estado una semana o semana y media sin hacer (tiempo máximo) veo que mi rendimiento ha bajado y me motivo para mejorarlo.

Ahora, en verano, combino días de bicicleta con días de correr, y también días de descanso puesto que noto cómo los músculos y las articulaciones piden descanso a pesar de realizar ejercicios de estiramiento y calentamiento antes y después de cada carrera.

He encontrado un deporte divertido, en el que noto que soy más ágil que cuando en el colegio me obligaban a correr los 1000 metros y hacia tiempos pésimos, y en el que me encuentro con mucha gente conocida por la calle. Lo malo es no poder pararme a saludar, aunque si me conocéis y me véis no dudeís en hacerlo. Si me entero os responderé con un saludo, levantando el brazo y apretando un poco más la marcha.

JR

Y 100!!

Tengo poco tiempo para escribir, cosa que espero remediar en unos días.

Estas líneas son para anunciaros que he perdido el kilo número 100. Ya peso 86. Oficialmente TENGO NORMOPESO.

Estoy como loco de contento.

Muchísimas gracias por vuestras visitas y comentarios!!